La Evaluación Diagnóstica consiste en la evaluación inicial del paciente, el objetivo es tener claridad en relación al diagnóstico de personalidad y las principales áreas de funcionamiento. Este proceso puede ir acompañado de entrevistas a los familiares más cercanos, con el fin de obtener información relevante para el proceso de evaluación. Una vez finalizada esta etapa el paciente y los familiares reciben la devolución del diagnóstico y las posibles vías de tratamiento.

Posterior a la evaluación diagnóstica se realiza la fase del Contrato, este consiste en un acuerdo entre paciente y terapeuta, donde se establecen las condiciones en las cuales se podrá llevar a cabo el tratamiento. En este marco se distinguen las responsabilidades del paciente y del terapeuta, así como los mecanismos de acción frente a las conductas autodestructivas y otras potenciales amenazas al tratamiento.